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dimarts, d’octubre 12, 2010

Día 14: desde la torre de Saruman hasta el bar de Tom y Jerry...




Como la norma de este viaje es un poco la improvisación, y empezamos a estar un poco hartos de la vida del turista teniendo que luchar cada día por no tener que pagar por respirar en cualquier lugar o ser asediados por gente con poco aprecio por su vida taladrándonos por vendernos cualquier mierda del final de la tienda (que tampoco se distingue muy bien en estas tiendas qué es nuevo y que es viejo), buscando en la guía del autoestopista galáctico, camuflada en la Lonely Planet, buscamos las palabras lejos, sin turistas, y algo visitable.... Resultado ... Bundi!




De camino, la guía nos enseño un lugar muy curioso ...Chittorga, las ruinas que dieron pie al diseño de la torre de Saruman, eso sí, cambiando a los orcos por ordas de monos cabrones que, aunque entrenaban contra los cerdos (¿estarán pensando una invasión a la ciudades?), mantenían limpios otros seres que les eran adeptos: los perros, los cuales utilizaban como bandeja de alimento... se comían los bichos que tuviera el perro y lo volvían a enviar a la jungla a que se reabasteciera, era un perro hutt.

Después de escalar la torre por dentro, que parecía la ramblas en verano, y pelearnos por no pagar por respirar, salimos de camino hacia Bundi, antaño una ciudad importante, ahora una ciudad en medio de la nada.


De camino paramos a comer en mitad del desierto, en un lugar de camioneros, donde por un más que módico precio comimos como campeones.... eso sí, vegetariano ...toy pasando mas hambre que si me hubieran cosido la boca... en fin...

Bundi resultó ser una ciudad anclada en el pasado de mercaderes y tránsito de caravanas, con una ciudadela ahora abandonada y dejada a la merced del tiempo.

Como llegamos y mucho mas no había para hacer, salimos a dar una vuelta por el mercado para descubrir que con nosotros la población extranjera se había multiplicado exponencialmente.

Como curiosidad: encontramos un garito para tomar un algo antes de cenar, y nos liamos a hablar con el chaval del local hasta bien entrada la noche (según el baremo de la zona, a las 22:00 poca gente había por las calles)... el chico del Tom y Jerry muy majo, con algunos pájaros en la cabeza, pero creo que algo conseguimos hacerle entender.... Menos explicarle porque no tenemos hijos..... Este país tiene una fijación con la reproducción (mal negocio el de los preservativos aquí).




Por la mañana descubrimos que aquí a las naranjas para hacer zumo se las trata con un respeto increíble.... 40 minutos para un zumo... Seguro que no sólo no sufrió, sino que además seguro que era zumo jalal.. y bendecido ... No os cuento lo que tardaron las tostadas y el café... Casi cenamos allí...

Pero era lo único abierto delante del fuerte, así que resignación y paciencia, aquí lo llaman "indian time".

La visita fue muy breve, el fuerte es muy grande, pero al estar abandonado en su mayor parte, la visita no es demasiado recomendada. De hecho, a la entrada te venden un pequeño kit de supervivencia basado en un palo muy largo multiusos: según el prospecto dibujado en el reverso de una etiqueta de Mirinda (la naranjada local), servia para apartar la ramas de los árboles, construir literas, hacer malabarismos y para defenderse de los monos locales (modelo extra cabrón con los detalles en rojo intenso). Una vez visto lo poco visitable, cogimos el coche camino a Pushkar, donde el amigo JK de la noche anterior ya nos advirtió que era un cruce entre Port Aventura y un Cofee Shop holandés.





-- Desde Mi iPad ... Exactamente donde se pueda....

^^c(_)