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divendres, de novembre 29, 2013

T-2(1) Punta Arenas y un rato en Santiago de Chile




(Viene del anterior)

Hicimos una parada técnica en la localidad de Río Gallego, donde técnicamente se podían hacer pocas cosas, por lo que la estancia en la estación de autobuses fue la única opción viable gracias a que la consigna sólo estaría abierta durante un par de horas (desconocemos si es por el hecho de ser domingo o si existen otras razones ocultas). Así que nos hicimos fuertes en el bar: café enchufes y algo de wifi... ¿qué más se puede pedir cuando fuera hace un fresco más que interesante y un viento ligeramente intenso?

Y así fuimos gastando poco a poco (o café a café) los escasos pesos argentinos que teníamos en el bolsillo (saldo final 1'5ARS... ha ido justo).

El viaje en Pingüino Bus (la empresa se llama así) fue laaaaaargo e insulso... teniendo en cuenta que el autobús se averió y se tuvo que cambiar en la frontera con Chile, que una señora después de 2 horas de espera fue descubierta con tráfico de chorizos y que una argentina extremadamente pesada quiso dar clases a todo Dios sobre lo increíble que es su vida y que ella viaja mucho para que le pase esto (señora, viaja en un autobús barato... el más barato, ¿que quiere demostrar?)... Amenizamos el viaje visionando alguna cosa en la tablet hasta agotar todas las baterías... y llegamos a Punta Arenas con solo unas 3-4h de retraso.

Fuimos directos al hostal que Iñigo nos recomendó, Hostal Independencia (ducha caliente, camas interesantes, gran desayuno y wifi). Quizás la ubicación no sea la más adecuada, pero la relación calidad-precio resultó excelente (además, Eduardo, el propietario, se desvive por sus clientes y nos ofreció toda la información que le pedimos).

Una escaramuza rápida a un comercio (donde atiende un niño) para comprar algo de cena (las mandarinas y la fruta compradas para tal efecto se quedaron en la aduana chilena al no poder pasarlas) y a dormir...

Pagar 1000 pesos (1.5€) más por persona, que es la diferencia de precio del alojamiento con desayuno, es una muy buena inversión de buena mañana: tortilla, café, pastel de chocolate, mermelada, mantequilla, yogur, café, avena, fruta, leche, café... pan y café ... Así que el tema comidas lo teníamos bastante ligado.

El primer día lo pasamos entre un paseo (había que bajar el desayuno), localizar una lavandería, un poco más de información y pasear por la ciudad.












A la hora de la comida nos fuimos hacia el mercado municipal, donde se vende pescado y hay restaurantes de pescado baratos. Así que fuimos esperando un poco el mercado de Tsukiji (Tokyo), pero resultó ser el clásico (y más que correcto) mercado de toda la vida.

Buscamos un restaurante que cumpliera las tres B y una V (Bueno, Bonito, Barato y Vistas) y nos sentamos a comer mientras esperábamos que llegase la hora de recoger la ropa en la lavandería y la de la visita a los pingüinos (la primera).

Recogimos la ropa y a esperar el transporte para ir al Seno Otway, y también preguntamos a Eduardo sobre una compañía que nos llevara al día siguiente a observar la colonia de los pingüinos Rey (calculados los precios de las diferentes vías de llegar ahí, salía más a cuenta hacerlo así). Eduardo nos dijo que la empresa que nos llevaba esa tarde a observar pingüinos magallánicos era la misma agencia que la que le comentamos para el día siguiente, así que optamos por esperar a ver qué tal.





La agencia nos recogió puntual a las 16:00, e iniciamos el recorrido. A nuestro lado se sentó un americano-cubano de Miami, con el que estuvimos hablando durante todo el trayecto sobre los sitios que habíamos visitado y compartiendo información.

En el Seno Otway hay un circuito de pasarelas acordonado y guiado donde se pueden observar pingüinos magallánicos (que no es un pingüino mago+mañico), y su hábitat y unas bonitas torres de vigilancia encaradas hacia el océano y el infinito... ideales para la guardia en caso de aparecer un primigenio o un Kaiku.

Como en general, la agencia no parecía mala (tampoco la mejor... pero el cash empieza a mandar). Al regresar a Punta Arenas nos fuimos a contratar el viaje para el día siguiente, y de allí pasamos por el súper más cercano a buscar material (el viaje es barato porque entre otras cosas no incluye las comidas o bebidas durante el mismo).

En el Hostal cocinamos, charlamos (con una pareja de irlandeses que querían viajar a la Antártida) y a la cama... que con la tontería es tarde...

0630... Con un clima típico patagónico y las lagañas a medio camino de la separación dejamos de insultar al despertador para ir a la ducha, desayunar alguna cosa (Eduardo ya estaba con la tortilla a punto) y a medio Café salimos disparados hacia la furgoneta que nos pasó a buscar.

El vehículo, lleno hasta el límite, contaba con la presencia de una experta bióloga marina a punto de sacarse un master de pingüinología (o algo así)... No hace falta decir que Ester se preparó para hacerle un examen que dejará en ridículo el de su tribunal del proyecto.









Después de un trayecto de 2 horas en ferry hasta Tierra del Fuego y otros tantos cafés, hicimos una visita a la ciudad de Porvenir (chistes fáciles aparte), donde visitamos todo lo que había por visitar mientras esperábamos la llegada de 2 pasajeros extra (que no quedó claro si habían pagado, por lo que no confirmaron o simplemente -como luego vimos- eran unos impresentables). A destacar de la visita al museo de Porvenir es la historia de los lugareños de la isla antes de la llegada del hombre "sabio"... aunque tras la historia de como se tomaban las bromas de las mujeres... eran bastante igual de "sabios".

Con los dos "personajes" en el autobús (que decidieron por su gracia que se podían sentar en cualquier parte donde hubiera YA una mochila o algo ocupando asiento) y tras recolocar a la gente (la guía tuvo que ir sentada con las mochilas) fuimos a observar los pingüinos rey.

Son unas 2 horas de trayecto (a 114km de Porvenir) en mitad de la nada, con menos indicaciones que el manual de uso de una pelota, y aprovechamos para comer y disfrutar de nuestros 0,5m2 en el bus :)









Ya en el Parque del pingüino rey (el nombre no da mucho lugar a dudas) estuvimos masacrando a preguntas a las expertas, en los momentos en que no estaban llamando la atención a los dos "personajes" tardíos... ¿Tanto cuesta entender que NO se puede pasar? (Daban ganas que los pingüinos fueran carnívoros y que los energúmenos cruzaran el riachuelo, para gozo y disfrute de todos los que los padecíamos). Ya con la tarde alta y después de que nos llamaran a nosotros al bus (el resto ya estaba dentro con la calefacción a tope... no estaban aclimatados a la Patagonia) seguimos el viaje ya encarados al retorno (parada técnica para wc y café en el otro pueblo de la isla dedicado a la extracción de petróleo).

Entre una cosa y la otra, llegamos cerca de las 23:00 al Hostal, una sopa y a dormir... fuera llueve con ganas.

Tal como anocheció (aquí las noches son más cortas) amaneció.... pero esta vez a una hora más vacacional :) Fuera llueve... no... espera... ¡sol!... espera, que está nevando... ¿sol otra vez?... viento... Mmmmm sí, seguimos en Patagonia.












Desayunamos y salimos a disfrutar de la ciudad, acompañados de todas las formas de clima (nos decantamos por una vestimenta única y soportar las inclemencias, si no, el conjunto bañador, botas de nieve, paraguas, paravientos y gafas de sol hubiera dado mucho que hablar.... aquí se escandalizan rápido).

Entre otras cosas, visitamos el cementerio y la mejor picada de Chile, el Kiosko Roca, un garito de choripanes (minibocadillos de chorizo, queso y mayonesa), donde nos comimos unos cuantos con algunas bebidas un poco... especiales: un ejemplo es una Malta con huevo, es cerveza de la zona, un huevo, azúcar y todo en la batidora... de gusto... interesante.



Como el tiempo no acompañaba (seguía en modo random) nos metimos en un café. Otro dato curioso es que los museos cierran pronto, y la otra cosa a hacer es ir a la zona franca... y no estábamos para hacer un gasto ni para llenar de más cosas y peso extra las mochilas (rondan el límite permitido).

De allí, un paseo a comprar algo de cenar y a preparar las mochilas... acabó siendo un café caliente en el sofá del hostal mirando frikadas en la Tv mientras el tiempo se decidía por una opción.

Ya decidido por lluvia, salimos a la tienda de al lado, al final con la tontería nos habíamos quedado sin sopa... así que sopa y restos de comida...

Y a dormir, por ahora, la última noche en Patagonia.

08:30... Suena el despertador y salimos a desayunar, duchas, acabar con la mochila... Increíblemente ha cabido todo y mejor que el día que salimos (algo se ha perdido... ¿pero que?) y a esperar el taxi mientras hablamos con Eduardo de todo lo que aún podíamos hacer si tuviéramos más días... Pero no puede ser en este viaje (se plantea un viaje largo a explorar la Patagonia y Tierra de Fuego).



Y Taxi, despedida de Punta Arenas y a empezar el viaje de vuelta, unas horas en Santiago (parada y fonda en casa de Alfredo) y camino de casa ....

....
28h .... Y en casa ... Back 2 Work




^^c(_) -- Desde Mi iPhone , Somewhere in the galaxy

Ubicación:Avenida Armando Cortinez Oriente,Pudahuel,Chile

diumenge, de novembre 24, 2013

T-6 Puerto Natales - Torres del Paine - Puerto Natales... ¡Argentina! ¿Argentina? Sí, ¡Argentina! - El Calafate - Perito Moreno - El Chaltén - Fritz Roy... y...







-Puerto Natales-

Gestionamos el hostal a medias entre el correo y discutiendo con el sistema de prefijos locales (sistema propio que toca memorizar y que es un dato que la Lonely Planet no ha tenido en cuenta a la hora de colocar los datos... puedes llamar a una carnicería o a un local de masajes antes que a donde quieres). Agradecemos desde aquí al donante de wifi del aeropuerto, por compartir su plan de datos tan "amablemente".

Una cosa curiosa (o así nos lo pareció) de Puerto Natales es que según el lado de la estación de autobuses que sales vas a la calle principal o a la prisión... es como un tablero de Monopoly.

Ya en el hospedaje, nos pusimos manos a la obra a planificar los siguientes días.

... ¿qué tiempo va hacer los próximos días?
... Mañana sol, e irá poniéndose malo hasta el final de la semana.
... ¿Pero pasado?
... Lluvias no torrenciales, ¡aún!
... 'oño... ¿Y está seguro?
... Esto es Patagonia, el clima es una sorpresa continua.

(Momento de crisis)
...
(Fin de la crisis)

Con la expectativa del clima con más incógnitas que el examen final de la carrera de matemáticas (pero con el asesoramiento de un grupo de escaladores italianos que nos dijeron que viento si, pero que hasta el domingo había sol) salimos rápidos a comprar comida y preparar "algo" de material.

Si el "súper" en el resto de Chile ya parecía diseñado para hombres, el de Puerto Natales era además un modelo ideal para películas de catástrofes: muchos precios de muchas cosas, pero los estantes de comida de supervivencia para expediciones a la montaña estaban vacíos (poco éxito en la zona de limpieza personal, del hogar y ropa; por la gran cantidad de material en sus estantes... )

Con un kit básico (y algunos extras comprados en tiendas cercanas al súper) preparamos las mochilas (con un poco de todo que hacen un mucho) y nos fuimos a cenar fuera (para hacer una comida interesante, que llevábamos unas cuantas horas con comida de avión y galletas).

A dormir y a empezar.
(Será tipo resumen, ya que han pasado muchas cosas y días )

- Torres del Paine, recorrido W -

Iniciamos el recorrido de Este a Oeste, intentando que en nuestro primer día (en teoría el único bueno) pudiéramos ver las agujas de las Torres durante la ascensión.

En la caminata nos encontramos con un grupo de 4 (3 catalanes y un navarro) Jordi, Pep, Andreu e Iñigo, con los que montamos tienda y continuaríamos la W durante los siguientes días.

Tras un rato de caminata, llegamos al campamento Torres (gratuito), plantamos la tienda y asaltamos el punto más elevado del trekking (cada uno a su velocidad).

La climatología durante el día (a excepción de algún momento puntual de brisa) fue perfecta para la visualización de las Torres, el glaciar y el lago, y nos estuvimos hasta bien entrada la tarde-noche sobre una piedra, cuando el frío que deja el sol al irse empezó a calar lo suficiente.

De allí, a cenar un plato de sopa caliente y ¡a dormir!

A la mañana siguiente continuamos el recorrido, con un primer trayecto de unos 18km hasta el primer refugio, donde comimos (y algunos por despiste y pensando que era fin de etapa disfrutaron de un baño relajante en el río).

Tras comer y explicar varias veces que no era broma, retomamos el camino, pero esta vez acompañados de viento... bueno, viento es un concepto patagónico, en casa hubiera sido considerado un tifón (al ir acompañado de agua del lago), con unas bonitas rachas de 150-160 km/h (según nos comentó gente días después). Así que después de disfrutar por el mismo precio de un parque acuático y eólico (con grandes momentos Matrix, donde el tiempo se paraba y podías mantenerte en el aire) conseguimos llegar al campamento final. Plantamos tienda en el campamento británico y nos informaron que, a consecuencia de los vientos patagónicos, el camino del Valle del Francés hacia el mirador estaba cerrado, y que para mañana todavía no se sabía.

Mientras tomábamos una sopa caliente, los 6 urdimos un plan simple... ¡mañana subimos sí o sí!

Tras una noche que continuó escandalosamente ventosa (lo suficiente para despeinar a Yul Brynner) y con pocas horas efectivas de sueño (cuesta dormir con cosas que caen en la tienda, así, sin avisar, y los árboles intentando dormir en el suelo) salimos a la aventura.

Afortunadamente, el viento estuvo más tranquilo. Aún así, el paso estaba "teóricamente" cerrado por el riesgo de lluvias y posible viento... conclusión: ascendimos...

El tiempo nos acompaño en la ascensión (es decir, tuvimos un poco de todo) y el sol accedió a salir cuando llegamos al mirador del campamento británico (momento en que las autoridades competentes decidieron abrir el paso a la gente, porque en la bajada nos cruzamos con varios... aunque el clima iba a peor), así que aprovechamos las cámaras y regresamos a comer al campamento.

Tras el almuerzo, desmontamos las tiendas y seguimos el camino hacia el siguiente campamento: Paine Grande (algo de viento nos acompañó, pero poca cosa en comparación) y rompiéndonos el cuello para disfrutar de las vistas que hubiéramos tenido de las Torres si el clima hubiera acompañado y hubiéramos hecho el recorrido de oeste a este.

El campamento de Paine Grande es de pago, pero después de disfrutar de una ducha caliente y los servicios (tiene cocina gratis y local climatizado) quedó más que amortizado.

Por la noche, resguardados del viento que azotaba (físicamente) en la zona común, comentamos los planes para el día siguiente: Jordi e Iñigo saldrían con las primeras luces, el resto con la mañana ya puesta y nos veríamos todos en Puerto Natales para hacer una cena de despedida... cordero patagónico.

Y a dormir en mitad de un huracán (nada como clavar bien las piquetas para evitar despertarte en Oz).

De la noche despejada (a excepción de alguna nube que pasaba a velocidades sub-sónicas empujada por el viento) con una luna llena increíble que iluminaba todo el valle (con algunas tiendas mal aseguradas que parecían cometas) pasamos a despertar con un día gris... pero Gris Gris, todas las montañas que veíamos durante el trayecto de la W estaban ahora tapadas por unas nubes espesas que no permitían la visión de nada.

Con un desayuno potente (tortilla de jamón y queso... aprovechando que había colmado se compraron huevos) salimos un poco más tarde de lo esperado...

Al poco de salir, nos encontramos con el pelotón avanzado que ya estaba de vuelta, y al poco de dejarlos nos acompañó la lluvia... Aún así (y con el reloj en contra) llegamos a tiempo para contemplar el glaciar Grey y disfrutar del paisaje en dos modalidades: con lluvia y niebla en la ida y soleado al regreso.

De regreso, un pequeño "regalo" de despedida en forma de 2 cocacolas y una de patatas :) (tampoco quedó demasiado tiempo más después de montar la mochila aprovechando un descanso de la lluvia -nieve en los cerros y en los sitios que estuvimos los días anteriores-).

Y hacia el ferry, donde unos gallegos nos informaron de un accidente mortal el día anterior (como no recibimos un alud de mensajes de la família, pensamos que o no llegó la noticia o a más de uno el cava le sentará mal al tener noticias nuestras) y acabamos de aclarar que haríamos los siguientes días... porque al final estaremos los 6 juntos un tramo más de viaje.

Al llegar a Puerto Natales más tarde de lo previsto (y como seguimos el equipo unido unos días más, una cena de despedida tampoco tenía sentido) cada uno fue a su hostal y quedamos para el día siguiente en la estación de bus para la salida de las 13:00 hacia El Calafate (Argentina).

Nosotros llegamos al hostal, recuperamos las cosas y salimos a cenar... peeeeeeeero era domingo de elecciones, y la ley dicta que hasta pasadas unas horas del fin de los escrutinios NO se puede vender alcohol (como tampoco el día anterior), por lo que casi todo estaba cerrado (menos un restaurante de decoración de platos o vegetariano) así que buscamos una tienda, compramos material y nos apoderamos de la cocina del hostal... y a dormir.

La mañana siguiente la dedicamos básicamente a una de las gestiones más importantes: lavar la ropa y desayunar como campeones (además de comprar los billetes para cruzar la frontera y cambiar moneda un 50% a mejor precio).

A la hora señalada (y temiendo ser los últimos... que no fue así) y con la ropa empaquetada en un petate (al final nos la dieron demasiado justo de tiempo) llegamos con la lengua fuera a la estación de buses, donde ya empaquetaban las maletas...

Camino a... ¡¡¡El Calafate!!!








- El Calafate, Argentina -

Después de cruzar la frontera metidos en un bus y tras unas cuantas horas de viaje (depende a quién se pregunte, la frontera está al lado de Puerto Natales, y El Calafate también... se podía ir andando) llegamos a la versión argentina de Pucon, una ciudad/pueblo que vive por y para el turismo (y con la diferencia de los cambios de moneda algo más económico).

Tras gestionar los billetes del día siguiente hacia el glaciar Perito Moreno y otros con regreso abierto hacia El Chaltén, buscamos el hospedaje más económico que pudimos, el "Hostal Huemul" (e-mule según Ester) 45ARS, unos 4,5 euros según el cambio oficial, con wifi (patagónico o semi agónico, si lo prefieres, justo para recibir un alud de whatsapp y las cabeceras de los mails).

Con sitio para dormir (y bastante decente, visto el precio) fuimos a buscar donde celebrar la cena de despedida (Jordi regresaba a Santiago de Chile y no venía a El Chaltén). Tomamos mesa en un bufete comúnmente llamado "Los Chinos" (sí, aquí también han llegado), donde hicimos buen gasto de los 10-12€ (al cambio) que costó hasta que las costuras de los pantalones gritaron ¡Basta!... Fuimos rodando hasta el albergue y buscamos una posición cómoda para dormir.


- Perito Moreno -



















Que decir... ¿Brutal?
Digamos que a parte de miles de turistas y cierta desesperación por ver un derrumbe (mira que nos gusta ser morbosos) hay que dejar hablar a las imágenes.

Algunos nos fuimos a hacer una vuelta en barco, donde por 10€ (al cambio) ves durante más de 1 hora lo pequeño que eres al lado de una pared de hielo de unos 60-70 metros de altura visible desde el agua, que si decide ceder ante la gravedad supondrá algún problema a la navegación del barco (afortunadamente el Biru está con la protección, así que no hay problema)... simplemente brutal.

El autobús nos devolvió a la zona de las pasarelas, donde buscamos una buena zona para ver la magnitud del glaciar, plantar la cámara & al Biru (grabación continúa) y almorzar. Mientras otros hacían guardia, Biru grababa la escena... después de 45 minutos y tras la afirmación categórica de un guardia que "hoy no habrá ni un derrumbe", una buena parte de una pared cedió y quedó perfectamente grabado (otros aún corren a verlo) y fotografiado en todo su esplendor :).

Como llovía y hacía frío, fuimos a tomar un café a precio de oro (el concepto turismo lo tienen bien estudiado) y a resguardarnos de la lluvia.

Llegados de nuevo a la estación de El Calafate, nos despedimos de Jordi tomando un café (y recopilando provisiones) y salimos hacia El Chaltén.


- El Chaltén -




























































El Chaltén es una "pasarela" estudiada para hacer un millón de caminatas (exagerados), una ciudad creada el 1985 básicamente para "robar" o "asegurar" una zona limítrofe con Chile a mediados de los 80, por eso el pueblo es nuevo (o semi nuevo).

Allí buscamos el hostal más barato que pudimos encontrar: 50 ARS, sin desayuno, habitaciones compartidas, wifi sin conexión (o muy pobre) pero ducha caliente, calefacción modo infierno y cocina diminuta... ¿para qué más si venimos a hacer ruta con los sacos y la tienda?

Ubicados y siendo ya tarde cenamos un poco planeando el resto de días.

Día 1: salimos hacia el Fritz Roy y su mirador... Simplemente espectacular, incluso vimos a un par de personas bajando con esquíes (subiendo a pie... un reto, ¡qué envidia!).
Después de caminar y regresar a El Chaltén nos dirigimos a buscar información en una agencia de unos guías que conocimos en la W de Torres del Paine (muy buena gente) Serac, donde el mismo guía nos dió información y dijo que no hacia falta que los contratáramos... que con nuestro nivel, nuestro material y nuestro "apañamiento" podíamos hacer todas las caminatas solos (eso si í, las de hielo o escalada eran con guía Sí o Sí... leyes del país).

Con la información y tras un par de cervezas decidimos hacer una ruta por un par de caminos interesantes que vimos subiendo al Fritz... haciendo noche acampando a los pies del Fritz, por si la mañana acompañaba a subir a ver la salida del sol.

Día 2-3: Salimos de ruta, llegamos al campamento Río Blanco a mediodía (también salimos tarde, después de una buena dormida y comprar comida para esos días) y después de comer & montar el campamento junto a unos "alaskeños" decidimos asaltar un glaciar que vimos por el camino y que según el mapa solo había que seguir el río.

El glaciar Piedras Blancas resultó espectacular. A parte de estar solos los 5, pudimos disfrutar un gran espectáculo gratuito de la naturaleza: la caída de un trozo de hielo enorme de la pared del glaciar y el efecto curioso de como el curso del río cambia de sentido fluyendo en sentido contrario (está grabado, para los incrédulos).

Ya a la vuelta, aprovechamos las últimas horas de luz natural para cocinar alguna cosa y preparar la actividad para el día siguiente, que consistía una caminata interesante... El "problema" es que llegaron y se sumaron a la cena los de Alaska y después de hablar ya era tardísimo... y había empezado a llover...

Y llovió toda la noche, por lo que levantarse a las 4 para ir a ver la salida del sol... anulado por lluvia.

A las 8, en un arrebato de locura, Pep e Iñigo decidieron ir a la Laguna Sucia, la que habían visto desde las alturas con Ester, para ver el Fritz... Conclusión: volvieron inundados y helados. Y mientras, intentábamos calentar agua con velas... el gas expiró la noche anterior, así, sin avisar, y el calentador de alcohol decidió que no hacía falta el agua caliente y murió también... El día prometía...

... Al menos, la lluvia paró a media mañana y dio paso al sol el tiempo justo para secar la ropa y las tiendas...

Así que, aprovechando los cálidos rayos de sol, recogimos trastos y al camino... ya veremos que hacemos al final.

El clima patagónico es una broma para todos los meteorólogos del mundo... Así que el tiempo fue variando durante todo el día.

Maravillas que vimos:

- las Lagunas Madre, Hija y Nieta (y Espíritu Santo), donde lo curioso es el desnivel entre ellas, y el regalo fue un cóndor adulto sobrevolando nuestra posición un buen rato... ¿Querrá decir algo?
- buscamos huemules durante todo el trayecto (dice la leyenda que habitan los bosques de la zona... los viejos y las heces son sus máximos indicios).
- llegamos hasta la Laguna Torre a ver otro glaciar... pero lo malo fue el clima... MUCHO viento (que se ha convertido en una fea costumbre), niebla y una lluvia "japuta"... pena de fotos, el sitio se veía bonito (pero ni punto de comparación con Piedras Blancas).
- el camino se hizo largo... 35 kms aprox.

Al final, al llegar a El Chaltén, arreglamos el tema billetes, y entre cervezas y cena nos despedimos... Ahora sí que cada uno (o en parejas) seguía su camino.

Con las maletas desperdigadas por la habitación, que nos tocó compartir con dos italianos, bloqueando cualquier posibilidad de escapatoria a los pobres compañeros de habitación nos fuimos a dormir, mientras el viento patagónico intentaba (con cierto grado de éxito) desestabilizar la estructura del edificio...

Por la mañana, lo metimos todo más o menos en las mochilas, desayunamos y nos metimos de nuevo en un bus... volviendo a El Calafate, punto de transbordo hacia nuestro nuevo destino.

- El Calafate, part 2-























Otra vez en la ciudad, decidimos plantear el día o días según el horario del próximo autobús. Un detalle curioso sobre Argentina: el 25 de noviembre es festivo nacional, así que como buen fin de semana largo... todo esta a petar...

Haciendo cierta combinatoria extraña, conseguimos un bus para el día de mañana, exactamente a las 03:00am de mañana, así que la buena noticia es que nos ahorramos el buscar hostal... la mala es como quemar las horas y no quedarnos dormidos en el intento!!!!

Lo primero es lo primero, así que dejamos las maletas en el almacén de la empresa de buses (por eso de ir más cómodos y quizá parecer menos "Homeless").

Después localizamos la salida de los transfers hacia el museo de los glaciares "Glaciarum" (no se han matado en el nombre... ) y conseguir algo de comer... nuestra reserva de pesos argentinos está en horas bajas... y hay que intentar no cambiar más moneda... así que hay que ahorrar y sobrevivir con lo mínimo.

Nos plantamos en el museo, 140 ARS/persona y a pasar la tarde... un museo interesante... con la tontería quemamos casi 4 horas... Y más que nos hubiéramos quedado ¡¡¡¡si hubiera más museo!!!! Merece mucho la pena... (por el precio de la entrada, ¡ya puede!)

Tras la visita cultural, tocaba buscar refugio que cumpliera una serie de valores: Wifi, enchufe, café, wc y calefacción... Lo encontramos en un local llamado "elbar's" (al entrar saludamos en élfico... pero no era esa la gracia del nombre). Allí, entre cafés de litro pasamos la tarde escribiendo estas líneas, actualizando podcasts a tiempo real (lento) y en un momento que ya no quedaba nadie chupando del wifi conseguimos hacer un skype en medio condiciones...

Después, una cena en un garito de delante (se ha ido el sol, y aunque ahora no hace viento, cae una lluvia lenta ligeramente sospechosa) y finalmente a quemar el resto de la noche en un libro-bar (con wifi, y música genial)...

... Mañana... si no hay novedad, atravesaremos Argentina por una de las últimas (si no la última) frontera. Esperamos volver a estar "disponibles" en Punta Arenas... donde nos enfrentaremos al clima patagónico extremo.





^^c(_) -- Desde Mi iPhone , Somewhere in the galaxy

Ubicación:Avenida del Libertador,El Calafate,Argentina

dilluns, de novembre 18, 2013

Fotos de Torres del Paine







Ahora mismo estamos en un autobús camino de argentina (no ha pasado nada ... Grave).

El otro día hubo un accidente mortal en Torres del Paine, pero no fuimos nosotros (si no ahora estaría escribiendo desde una médium y no estamos para conferencias telefónicas ).

Así que damos más o menos señales de vida .

El post ya llegara :) sooner or later :)



































































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Ubicación:9,Torres del Paine,Chile