Día 3. Sydney. Capítulo 1: el mix de civilizaciones.

Después de 48 horas reales (aproximadamente) que han sido transformadas por la gracia de Hawking-Einstein (pero que a mi me ha dejado más como el gato de Schrodinger) hemos llegado a Sydney. Primera impresión: ¡buena!
Tras conseguir que el perro marcara la maleta de la mujer mayor con traje híbrido entre Sith y Batman de la época Burton, hemos salido disimuladamente del aeropuerto hacia el tren.
El tren nos ha traído grandes recuerdos de Holanda y sus trenes: esas horas punta llenos de gente y nosotros con nuestras mochilas creando incómodos espacios es siempre una imagen que se agradece. Este mismo tren nos ha dejado en una mini ciudad holandesa, rodeada de una metrópoli con grandes rasgos a NY o Tokyo rodeada de barrios típicos ingleses, que junto con el acento de algunos... simplemente es un WTF!!... creo que tanto rato sin dormir empieza a afectar seriamente nuestros sentidos.

Como Toto (Dorothy se podía sostener sobre solo dos de sus extremidades) siguiendo el camino (no el disco de Black Keys... aunque la canción Dead and Gone, no sé por qué me ha venido a la cabeza...) llegamos al hotel, albergue, o el sitio que nos aguardan cama ¡y ducha! (y no por ese orden).

Cansados, destrozados y con la coordinación de un clic de Playmobil tomamos la única solución que existe... ducha ¡y a la calle! ya descansaremos otro rato.
Y así, con la tontería, nos hemos ido a dar una vuelta animados por el sol, que había salido hacía poco, hasta bastante más tarde que decidiera ponerse otra vez.
Como curiosidad: en esta ciudad pasan cosas muy raras. Hacen estatuas de perros Reales (chuchos de la reina); caminas y apareces, no sabes cómo, dentro de una Apple Store quitando el sitio al primero de la cola para el iphone 5 (finalmente sólo me he podido escapar con los nuevos cascos... que hay que reconocer que tienen un sonido bastante bueno... el Iphone se presenta mañana, pero no hay cash, el viaje acaba de empezar para ir comprado chucherías... por ahora); te encuentras en mitad de una grabación (no sabemos muy bien de qué, educadamente nos han invitado a volver a nado a casa... eso sí, educadamente, que aquí todo dios es educado).
Tras regresar al calor de la habitación y con la cena preparada (hay un macro súper aquí al lado), nos preparamos para el qué hacer mañana... hoy hemos salido a estirar un poco las piernas y casi nos acabamos el barrio antiguo. Mañana veremos que hacemos).

Ah! el wifi del albergue es curioso (y está más o menos bien protegido... o eso, o realmente estoy muerto), no permite conexiones en los puertos estándar... pero en los del Whatsapp SÍ! O sea, que esto verá la luz mañana, cuando el mundo se acabe.
-- Desde Mi iPad ... Somewhere in the infinity of the void!

Ubicación:Hospital Rd,,Australia