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dissabte, d’agost 23, 2014

INDONESIA DAY 1 Barcelona - Dusseldorf–Abu Dhabi - Yakarta

IMG_0372.. Después de decidir a última hora el “donde” y el “como” huir (en menos de 2 semanas lo tuvimos más o menos decidido);

.. Después de la posible muerte del coche;

.. Después de un inicio de Fiesta Mayor con agua como para inundar el Gobi;

.. Después de discusiones con la Visa, las oficinas, el cómputo de horas anules, y varias cosas más, y a solo 6 horas de despegar;

… empezamos a enmochilar (meter las cosas a presión en la mochila con una organización digna de una habitación de un adolescente).

Destino... Indonesia, tierra de orangutanes, barcos con poca flotabilidad, lenguas extrañas, episodios propios de Ancient Aliens, tierra de tsunamis y volcanes en actividad... como Port Aventura pero a lo grande (¿quien dijo miedo?... o coherencia).

Primer destino: Barcelona, sin novedad… aparcando donde se puede y abandonando el coche durante unos días a la intemperie, envolver las mochilas como los bocadillo de atún (flim verde fosforito, para que se vea a la distancia), un café y al vuelo número 1… destino Dusseldorf.

Dusseldorf, desde la distancia y a vista de pájaro, se ve una ciudad que debe guardar su encanto y centros culturales… una pena que con el &/%$ retraso de rigor tocara hacer una pequeña prueba de esfuerzo aeróbico por las entrañas del aeropuerto… parecíamos el conejo de Alicia: LLEGO TARDE NO TENGO TIEMPO...

Afortunadamente llegamos a tiempo para descubrir que un grupo menos atlético que nosotros no había conseguido mantener el ritmo.

Sin mucho más (el piloto parecía un taxista del Bronx mirando el contador de pasos) una derrapada en pista y camino Abu Dhabi.

… Porque... toda esta gente vestida a lo ninja… ¿no estaremos camino de Japón?… pero viendo los carteles y todo… ya no estoy seguro… (es igual… creo que sobreviviría otra vez en Japón).

Pero con un ojo en la bolsa... si son ninjas estaré a punto para usar el puño de la estrella del norte, si no... pues también (las horas invertidas hay que amortizarlas).

Lo bueno… USB en las butacas (en un vuelo que había hasta apartamentos de lujo superior en primera... USB es lo mínimo).

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Ya en el aeropuerto dimos una vuelta por las tiendas, donde las ofertas son a precio de Corte Inglés en casa y da miedo cenar fuera.

Como tampoco teníamos intención de salir al desierto y visitar la ciudad, buscamos un rincón con WiFi y nos atrincheramos esperando la salida del vuelo (y dedicándonos a domar/asustar un ratón que intentaba cruzar por nuestro fortín… y a más de uno joderle la siesta).

Finalmente, y cerca de las 3 de la mañana (hora abudiense), embarcamos hacia Yakarta sobreviviendo a base de cafeína… el avión era parecido al anterior... y poco más … recuerdo un fundido a negro y... 10 horas después: Yakarta !!!

Tras luchar contra las mafias de porta maletas (hábilmente disfrazados de equipo gay de criquet con sus camisas rosas) y los taxistas (aquí las luchas contra el Hubber aun no han llegado… pero lo de Barcelona será una broma en comparación), conseguimos ponernos en contacto con el transfer de nuestro hotel, la versión en amarillo (creo que el Pantone de este color es amarillo domador circo de los 80) del Botones Sacarino, llamado Ana Susenos (el chico lo hubiera pasado mal en EGB en mi clase).

Cuando en el aeropuerto te viene a buscar un botones la Visa tiembla… recuerdo que el precio en Internet eran unas 640.000 rupias noche... porque eran rupias, ¿NO?

La entrada al Hotel no mejora las expectativas: guardia privada, entrada de lujo, más botones amarillos, lujo por todas partes… ¿qué hacemos nosotros de mochila aquí?

Tras un intercambio de datos y verificar que 640000 rupias son 44E todo incluido (spa, piscina, gimnasio, transfers y más servicios que no llegamos a entender... ) dejamos las cosas en la habitación (y sesión de fotos) y fuimos a sacarnos de encima las 28 horas de viaje disfrutando de una sesión de piscina, spa y masajes.

Tras una cena llena de típicos platos de restaurante de hotel de 4 estrellas a precio de McDonald's fuimos a recuperar el arte de dormir en paralelo al suelo.