INDONESIA - DÍAS 4, 5 Y 6 SEPTIEMBRE: SEA QUEST (o abusando del nitrógeno en sangre)

Día 4 al mediodía – tarde: después de no tener respuesta del centro de submarinismo, sin plan alternativo (la conexión a Internet en el mar era mala, algo de grps en las islas para que los dragones jueguen al WoW pero con lag... que son KOMODOS) y sin más indicaciones que “está en la calle principal”, fuimos a buscar la academia de buceo que nos recomendaron, “Mantha Ray”, de una família belga. Descubrimos varias cosas:

• hay más academias de buceo que gente física

• el concepto “calle principal” es este: 1 calle, 1 sentido (Labuan Bajo es un carrusel)

• las tiendas de buceo se autogestionan, pues hasta que no regresan de los cursos de buceo toca esperar

• la oferta de alojamiento es… muy amplia

Llegamos al lugar (cerrado), llamamos para ver si realmente no había nadie dentro (unos pies blancos que se veían desde fuera indicaban lo contrario) y nos atendió una clienta que estaba “escondida” esperando dentro abusando del Wifi. Nos aconsejó alojamiento, un lugar nuevo, barato y correcto para dormir a pocos metros de allí, señalando el centro del carrusel.

Así que siguiendo las indicaciones de la vampiresa del Wifi (volveremos a por nuestra parte) y subiendo una “ligera” colina, llegamos a “Bajo View” donde nos recibió uno de los tres socios propietarios, Francesco, un italiano de mediana edad muy amable, que no acabamos de aclarar como había abandonado Milán para acabar en Labuan Bajo regentando su camping-bungalow. Nos explicó sobre la ciudad, nos indicó empresas de scuba y nos aconsejó un par de restaurantes/cafeterías.

El alojamiento ¡BRUTAL! (para nuestras necesidades y bolsillo, ideal) quedará reseña positiva en Tripadvisor.

Mientras, gestiones de vuelo para los días siguientes… ups... está subiendo… rápido ¡¡reserva!!. Problema 1: como la compra del vuelo es anterior a 72 horas del mismo, hay que pagar en el cajero del banco… ¡¡¡Corre!!!… ¿donde hay un banco?

Tras la imposibilidad de pagar en 4 bancos distintos, decidimos usar otra página web, a ver si hay más suerte (nota: los bancos no aceptan pagos con nuestras tarjetas, bueno... las máquinas, los bancos están cerrados, es horario internacional, cerrado cuando lo necesitas). Gestiones OK (con un poco de comisión... extraña).

De regreso, tocaba gestionar el buceo del día siguiente. La empresa está abierta... ¡BIEN!… que no miran el correo desde hace días porque no funciona.... ¿CÓMO? ¿QUE NO HAY SITIO? Pero que cualquier empresa de la derecha de la calle estaba bien. Back to the street. Después de entrar en varias y confirmarnos que el bote estaba lleno para el día siguiente, encontramos una que aceptaba nuestra licencia PADI y tenía espacio para dos al día siguiente (el resto de empresas o no tenían sitio o solo hacían buceo avanzado el día siguiente).

Alojamiento gestionado

Vuelo pagado

Buceo concertado... ¡¡¡relax!!!

Un rápido viaje al barco a buscar las mochilas, encontrarnos con una pareja hungaro-polaca y salir a cenar (para intercambiar información de viajes) y justo llegamos antes que cerraran el agua del hospedaje (yo creía que era el agua caliente solo... pero al final con la ducha de gato aprecié que no, estación seca es lo que tiene).

Día 5: buceo Resumen rápido, mucho vídeo, pocas fotos.

Acompañados por Asier, un vasco con residencia en Londres que estaba en el mismo hospedaje, nos plantamos en un barco de OTRA compañía, que el suyo nos dicen (ahora) que esta en reparación.

Así que estamos dos empresas en una especie de klotok, y los grupos son un poco “extraños”. Conclusión: nosotros tenemos un guía para nosotros y el resto se dividen entre ellos.

Tras de la primera inmersión, Asier se unió a nosotros, porque aunque no bajemos a más de 12 metros (teóricos), no haremos un book erótico de una gamba, como el grupo que le ha tocado (se ve que durante la primera inmersión, se paraban para fotografiar cada pez, planta o piedra del fondo del mar). Así que él, el guía que lo llevaba (rayado también, porque está como una regadera y tiene una necesidad patológica de hacer el gamberro) y nosotros dos disfrutamos de otras dos inmersiones.

Hay que reconocer que:

• en esta ocasión, Ester no ha tenido la necesidad de hundir el barco o arrastrar al guía al fondo del océano, se ha superado y ha buceado como si fuera un tiburón.

• yo, al filmar me muevo demasiado y acabo el aire rápido... o me dejo de tomas Hollywood o mejoro la apnea.

• los peces son muy vergonzosos, y esperaban que saliera del agua para aparecer al resto el grupo.

• no tener la cámara mas grande te hace mejor (o eso, o hay cierta filia con los animales marinos que no acabo de entender, porque tantas fotos del mismo… es un tío raro con una cámara muy grande el del anterior grupo de Asier).

Tras rellenar los books de inmersiones, cena con Asier, Wifi y a dormir, que el abuso de nitrógeno en sangre se nota.

Día 6. Como no iba a ser de otra manera, Lucha de Mina-retes a las 4:30, cambio de lado de la cama y YA son las 8 (cada vez nos está resbalando más la religión).

Disponiendo de bastante tiempo, pusimos orden (más o menos) al caos de la mochila... luchamos contra una invasión de hormigas adictas al aceite de oliva en la mochila pequeña de Ester, una fría ducha (ahora sí) y a desayunar ¡¡¡a lo grande!!!

Taxi y al aeropuerto (el taxi es una furgoneta superviviente de la guerra de Vietnam mínimo, sin más sistema de sujeción al asiento que el efecto velcro del polvo y la arena de la playa). 3minutos de susto y conducción entre selfies del jóven chofer en marcha con nosotros y llegamos al aeropuerto, donde nos espera un bihélice (un autobús de 30 plazas con alas) que nos lleva a Bali… donde nos espera Helena... ¡ganas de conocerla!